Ramón Boter
"Cuando veo la obra de C. Raquel, me produce una gran ...
“Cuando veo la obra de C. Raquel, me produce una gran atracción.
Me atrae su fuerza, su solidez, acompañada de una gran inocencia.
Fuerza, porque es una obra hecha con corazón, con un gran amor
a la idea que la motiva. E inocencia, sin complejos, ni prejuicios académicos.
Es expresión de pura libertad y autenticidad.”
Ramón Boter
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Concepción gordó
“Contemplando la vida y la obra de Raquel siento que ...
“Contemplando la vida y la obra de Raquel siento que todo lo que ha hecho con sus manos (pintar, esculpir… y tantas cosas increíbles
para un cuerpo menudo y precioso) ha sido a través de su mirada, dignificando y dotando de profundo sentido a todo lo que ha tenido cerca.
Ella es Belleza en sí misma, y su obra es un reflejo de amor y rebeldía, de comprensión hacia la vida, de una vitalidad que le empuja
siempre a crear… Su propia vida, es una obra de arte.”
Concepción Gordó
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Gonazalo Tena
“C. Raquel Martín es una pintora y escultora que pertenece al grupo privilegiado
“C. Raquel Martín es una pintora y escultora que pertenece al grupo privilegiado de artistas que ejercen su vocación sin preocuparse
de que su trabajo sea exhibido ni comercializado. Eso se trasparenta en su obra a la que llena de una rara libertad que muchas veces la
acerca al surrealismo. En todas sus obras la magia y el misterio están presentes, incluso en las que parecen ser simples retratos, paisajes o
construcciones con piedras.
Todo adquiere en ella una espiritualidad algo atormentada, y desde luego muy compleja, que es la esencia misma del alma humana”.
Gonzalo Tena
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Lucía Villarroya
“En la casa de Cecilia Raquel olía a partes iguales a bizcocho recién horneado y a aceite de trementina
“En la casa de Cecilia Raquel olía a partes iguales a bizcocho recién horneado y a aceite de trementina.
Las paredes ya por aquellos años de mi adolescencia estaban colmadas de cuadros de diferentes colores, temas y tamaños, los
pinceles y los óleos invadían el espacio. El caballete siempre presente en el salón con un proyecto nuevo.
Ella me recibía con su maravillosa sonrisa y yo la admiraba y soñaba ser como ella de mayor, preguntándome si su felicidad
provendría a partes iguales de su oficio como madre de familia numerosa o de su enorme creatividad.
En la casa de Cecilia Raquel todos fueron creciendo, sus hijos se convirtieron en hombres y mujeres y ella en una gran artista.”
Lucía Villarroya
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Santiago Gascón
Museos de todo el mundo se afanan por rescatar a pintoras olvidadas y vemos como
"Museos de todo el mundo se afanan por rescatar a pintoras olvidadas y vemos como un drama la historia de artistas
que no fueron considerados en su época y ahora baten records millonarios en las subastas. Ni una cosa ni otra le quita
el sueño a Raquel Martín, porque ella ha usado los pinceles, nada más y nada menos que para expresar su mundo de emociones,
de desgarros, de alegrías y de sueños.
Mujer de la España rural en una época en la que la única aspiración para las niñas era la de ser esposa y madre,
cumplió con creces este cometido. Madre de familia numerosa, abuela y bisabuela infinita, ha sabido ser libre pintando
entre pañales, papillas, caricias y consejos amorosos. Tal vez porque, para ella, criar y crear son un mismo verbo.
Le hice notar en una ocasión lo muy distintos que son sus cinco hijos entre sí. Ella, con humor serrano, afirmó que Mariano, Rafa,
Lázaro, Raquel y Judith proceden del mismo padre, pero que nunca les había puesto cortapisas a sus sueños, al contrario,
había apoyado sus inclinaciones, fueran hacia las letras, hacia las ciencias, hacia la medicina o hacia la danza. Tal vez, cada uno
de ellos haya desarrollado las distintas potencialidades que vivían dentro de ella y de su compañero Mariano Esteban.
Sin formación académica, sin maestros, sigue siendo una persona curiosa en la vida y en el lienzo. Espiritual a su manera,
observadora y devota de la Vida, de la naturaleza, del alma humana, entendiendo a la perfección que todo el universo cabe
en su pequeño pueblo o en los ojos del niño que está pintando.
En la obra de Raquel Martín hay celebración de la vida y, sobre todo, hay agradecimiento. Mujer de ventanas abiertas,
escuchadora sabia, dueña de un humor personalísimo, y que, sobre todo, sabe ver la belleza en lo más mínimo y humilde,
en esa florecilla que pasa desapercibida para todos y que alguno incluso pisotearía.
Me acuerdo de que encontró un nido de avispas alfareras en el alfeizar de su cocina. Era la primera vez que yo veía aquella maravilla. Debo
decir que la avispa alfarera invierte todo el tiempo de su vida en crear sus nidos de arcilla para colocar sus huevos y que no es consciente
de que esa única tarea la realiza como una auténtica obra de arte. Pero más que la belleza de aquellas ánforas diminutas que los insectos
habían construido en barro, recuerdo como un privilegio haber observado la mirada arrobada de Raquel y el mimo con el que explicó a
sus nietos la necesidad de no perturbar aquel pequeño templo de amor.
Y esa es su obra: amor, gratitud y descubrimiento de lo divino en lo profano. La naturaleza siempre está presente, toque el tema que toque,
como un personaje que posa tranquilamente para ella: el río Mijares, las arcillas, la sierra, el cielo.
Toda una vida que puede leerse en estos óleos, en estos barros que hoy se exponen por primera vez aquí, en este lugar del que Raquel siempre
se ha mostrado tan orgullosa, su Cedrillas."
Santiago Gascón
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